Los dueños Sandra y Erik son súper amables! Los desayunos espectaculares! El sitio es genial, en plena naturaleza con cabellos, cada noche nos sentábamos a ver las estrellas! La piscina de agua salada genial! Fuimos 2 adultos, 2 niños y nuestra perra y nos encantó a todos! Un 10! Volveremos